El festival y Concurso Internacional de Osaka terminó el domingo 9 con premios en las categorías A (mandolina solista) y B (mandola, mandocello y mandoliuto) para sendos músicos de Rusia y Japón. Puntos fuertes de este concurso: la habitual excelencia técnica de la escuela rusa, la increíble y natural expresividad cantábile de los japoneses, el segundo premio de mandolina solista para un joven de sólo dieciséis años, increíbles ejecuciones en mandocello y mandoliuto. Primera vez que he visto ejecutar un preludio original de Calace para este instrumento tan difícil. El señor Iguchi me comentó que en los últimos años se ha despertado el interés por el mandocello y el mandoliuto. Esperemos que en las orquestas europeas pase algo similar ya que estos instrumentos son increíbles.
El concierto final contó con la participación de Ugo Orlandi y Carlo Anzo (Italia), de Goshi Yoshida y Kenzo Kumei (Japón) y me tocó cerrar el programa con dos movimientos de la Suite Retratos de Radamés Gnattali y mi pieza "Madrid" con bandola y orquesta de plectro.
Al final de la ceremonia se realizó el cóctel de rigor y los discursos acompañados de cerveza. Es tradicional corear "iiki-iiki-iiki" al final del discurso para invitar a un trago "fondo blanco". ¿Resultado? Mucha alegría y caminares serpenteados por las calles de Osaka... :-)
Al terminar la cena, mis amigos me llevaron de vuelta a Osaka, en donde participé a la famosa "Roda de Choro" del local "Chove Chuva". Grandes momentos junto a esos "choros" japoneses y un clarinetista alemán que se encontraba de paso por allí.
El martes 11 llegué a Tokio, entregué el cuatro y la bandola a mi amigo Yasuhiro Kiwada (bautizado por Chebeto Requena como Yo-Si-To-Ko en razón de su talento y pasión por nuestra música venezolana) y en la tarde tuve ensayo con Saigenji, cantante, compositor y guitarrista de éxito en Japón. Saigenji conoce muy bien la música brasilera y sudamericana. En pocos minutos nos pusimos de acuerdo para el concierto juntos al día siguiente. Fue un éxito y un momento muy emocionante ya que en el público tenía a amigos muy queridos como Jun, Yuichi, Susanne, Yasuhiro, Yasuko, Izumi, Kanako, Maurice y Anita entre muchos otros. Punto fuerte del concierto: Sho Makine, alumno de Jun y de Ernesto Laya, se montó a tocar maracas en un joropo con bandola... se robó el "sho" jajajaja
El jueves 12 hice un taller de MCV para la orquesta de la Universidad de Komazawa y el sábado otro con la estudiantina de la Universidad de Tokio que dirige Jun Ishibashi. Algunos vídeos los he colgado en Facebook para que puedan disfrutarlos.
El domingo fui a tocar al Festival de Mandolina de Maebashi, también concurso de mandolina solista y de cuarteto. Tuve la oportunidad de conocer a muchos destacados solistas y compositores del mundo mandolinístico japonés.
De regreso a Tokyo en tren compartí con mi mánager Iguchi-san y con dos mandolinistas amigas unas cervezas y unas galletas picantes típicas de esa ciudad. Pero la cosa seguía, ya que Mio Matsuda había organizado una parranda de despedida en Tokyo... Cómo me gusta ese país.
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